Opinión

La necesaria implicación de las instituciones en el termalismo

Es difícil comprender el desarrollo de la actividad termal en Europa sin tener presente el papel desempeñado por las instituciones a lo largo de los siglos. Un protagonismo que no obedece exclusivamente a la capacidad de los entes públicos para regular la titularidad y el empleo de los recursos geotérmicos, sino que también es perceptible cuando observamos los “mecenazgos” a determinadas iniciativas de miembros del establishment institucional o los programas de apoyo financiero al aprovechamiento de las surgencias termales por parte de la Administración en sus diferentes formas.

Sin ningún género de dudas, las “reglas del juego” amplían o restringen el margen de actuación de los “jugadores”

En lo que concierne a la incidencia de las normas, la historia de las principales ciudades termales europeas es testigo de cómo el marco legislativo ha condicionado tanto el desarrollo urbano como el devenir económico respectivo, en la medida en que no solo fija los potenciales usos de las aguas, sino también establece los ambitos de protección de los acuíferos y las compatibilidades entre las diversas actividades productivas. Sin ningún género de dudas, las “reglas del juego” amplían o restringen el margen de actuación de los “jugadores” y, por tanto, delimitan el abanico de oportunidades económicas disponibles y la capacidad competitiva de los territorios.

El potencial termal necesita del apoyo institucional.
El potencial termal necesita del apoyo institucional.

De igual manera, los mecenazgos de miembros de las elites políticas y sociales han contribuido a la promoción de ciertos emplazamientos termales como “destinos” de referencia. Así, en la ciudad inglesa de Bath, la visita de Isabel I en 1574, complementada con el otorgamiento de la “carta de constitución” de 1590 y la transmisión definitiva de los poderes del antiguo obispado a la Corporación Municipal, iniciará un periodo de patrocinio de la familia real que atraerá la presencia de miembros distinguidos de la corte y elevará el estatus de la ciudad en el conjunto de la nación. Un apoyo que, en principio, no vendrá revestido de una contribución financiera de la corona británica a Bath, pero que posibilitará la expansión urbana, superando las murallas históricas, y animará el esfuerzo continuado de los regidores locales por convertir la población en un “resort de ocio” generador de empleo y riqueza para la comunidad.

En tal sentido, la aspiración del emperador siempre consistió en convertir Vichy en una seria competidora de las ciudades balneario alemanas de la época

La experiencia de Vichy es notablemente diferente a la vivida en Bath. En la villa francesa del Allier, más allá de la visita de ilustres miembros de la realeza y de la familia imperial durante el siglo XVIII y principios del XIX, que animarán los primeros desarrollos dotacionales y urbanos relevantes, el hecho diferencial de su modelo termal radica en la intervención directa de Napoleón III en la “creación” y “diseño” de la ciudad. En tal sentido, la aspiración del emperador siempre consistió en convertir Vichy en una seria competidora de las ciudades balneario alemanas de la época. Una pretensión que se instrumentalizaría mediante la concesión de la explotación del “dominio termal” propiedad del Estado a una entidad privada en 1853, la futura Compagnie Fermière de l’Établissement Thermal de Vichy, y el pago de un canon monetario anual por parte del operador, con la obligatoriedad de acometer un importante volumen de inversiones durante la vigencia del correspondiente convenio.

Planificación

Complementariamente a lo expuesto con anterioridad y en un marco temporal más reciente, las actuaciones de buena parte de las Administraciones Públicas europeas en materia de fortalecimiento, desarrollo y apoyo a las actividades asociadas al aprovechamiento de los recursos geotérmicos no dejan margen a la controversia. Con mayor o menor grado de intensidad y fortuna, es constatable una significativa actividad de programación, planificación e, incluso, respaldo financiero por parte de los diferentes estamentos administrativos con rango competencial en las ciudades termales de relevancia. Una manera de proceder perceptible tanto desde el punto de vista de la ordenación del territorio y, en consecuencia, a nivel urbanístico, como desde la perspectiva del desarrollo económico y social. Dicho en términos coloquiales, los entes institucionales públicos se toman el termalismo en serio y creen en el protagonismo del mismo como actividad productiva con capacidad de transformación y dinamización económicas.

En este contexto cobran sentido medidas como la aprobación, en 1997, del apoyo financiero de la Millennium Commission británica a la edificación del Thermae Bath Spa

En consonancia con esta última reflexión y en no pocos casos, la Administración actúa al respecto asumiendo el “liderazgo” de los procesos de cambio, contribuyendo a la generación y renovación de dotaciones e infraestructuras, y adoptando medidas de acompañamiento, bajo la concepción del termalismo como una actividad que interacciona con otros sectores productivos. Y en este contexto cobran sentido medidas como la aprobación, en 1997, del apoyo financiero de la Millennium Commission británica a la edificación del Thermae Bath Spa, la declaración como Proyecto de Interés Nacional otorgada, en 2005, por el gobierno portugués a la restauración de los Parques Termales de Vidago y Pedras Salgadas o la firma, en 2022, del convenio de colaboración entre el Estado francés y la Municipalidad de Vichy para contribuir al proyecto Renaissance du Coeur.

En el mundo en que vivimos pocas cosas suceden por casualidad o por designio divino. La disponibilidad de un recurso, por muy preciado que resulte, tan solo entraña una “potencialidad” de crecimiento y cambio estructural, y no garantiza ningún tipo de logro económico per se. Así, es sencillo constatar como las ciudades termales europeas disfrutan de niveles de desarrollo dispares, en buena medida condicionadas por cuestiones colaterales al estricto aprovechamiento de su riqueza termal. En cualquier caso, levantar la vista, observar, analizar y aprender de aquellos que tienen éxito siempre resulta una buena estrategia a la hora de intentar alterar el curso de los acontecimientos.

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