Opinión

Cambio de clima y borrascas

Se decía antaño que a las mujeres nunca se les pregunta la edad, y acaso por ello la inolvidable Lina Morgan hizo célebre una frase sobre el tema diciendo que su edad era “ta y tantos…” Buena y graciosa respuesta de aquella artista que tantos momentos alegres nos hizo vivir, sobre todo viendo cómo maneja aquellas piernas que parecían de goma…

Pues bien, los que ya tenemos “ta y tantos” años vivimos asombrados de como ha ido cambiando el clima en nuestro planeta. Nada que ver este clima tan desconcertante con aquel de nuestra niñez cuando el invierno era invierno y el verano era el tiempo de calor abrasador. Hoy en día, igual viene un tremendo calor en invierno que un día gélido en verano.

Es el cambio climático en el que estamos viviendo y lo grave es que somos nosotros mismos los que estamos creando esta situación con nuestra falta de responsabilidad y con la creación de uno y mil elementos que enturbian y mudan el ambiente.

Vemos, y nos han avisado, el deshielo que estamos sufriendo y cómo poco a poco corren mucho peligro nuestras playas. El litoral ya es cada día más distinto. Observamos cómo de día en día nuestras encantadoras zonas del litoral han ido cambiando.

Y además observamos que ya no quedan nombres para llamar a las mil y una borrasca que poco a poco nos azotan. Los que vivimos en el litoral atlántico hay días que estamos en vilo si queremos viajar al lado del mar. Las olas invaden la carretera y, por lo que nos llega, ya han fallecido personas en muchos lugares de distintos litorales. Tengo unos amigos que se dedicaban a la pesca y que lo han dejado por el miedo y el riesgo que entraña. Nada digamos de los que se dedican a la del percebe, porque el riesgo para ellos es infinito Algunos se quejan de los precios, pero incluso tendrían que ser mayores.

Y hablando de la agricultura, más de lo mismo. Hemos asistido al clamor de los agricultores y además las interminables filas de tractores por nuestras carreteras y ciudades en unas protestas totalmente justas. Primero fue la leche y ahora la agricultura. Es una tremenda injusticia ver lo que vale en los supermercados un quilo de manzanas y lo que le pagan a los que las cultivan.

Todo está entrelazado y tiene un mismo hilo conductor, que es un desaforado capitalismo que ahoga al campo, incluyendo el precio de los combustibles. El mundo de la economía se ha desbocado igual que las célebres borrascas que siguen viniendo una tras otra cada una con un nombre diferente que la mayoría ni sabemos qué significan tantas diferentes nomenclaturas.

Lo que decíamos al comienzo. Si miramos para nuestra niñez, aquel clima nada que ver tenía con lo que hoy en día acontece. Vemos que un día los embalses están a rebosar y una semana después se quedan sin agua. Nada digamos de las lagunas que en todas partes están cambiando de una forma vertiginosa. Incluso desapareciendo aves. Vemos cómo en muchos lugares aquellos embalses han dejado pueblos de antaño al descubierto y en otros, con miles de peces muertos por falta de su hábitat normal. Todo muy triste.

¿Es este el mundo que estamos o pretendemos dejar al futuro? Los niños de hoy desconocen lo que antaño ocurría y acaso creen que esta es la realidad del planeta mientras seguimos despreciando de una manera brutal el medio ambiente, comenzando por los mares, que son estercoleros de todo tipo. Asusta observar cuántas cosas nocivas están en el fondo de nuestros mares y los que ya tenemos “ta y tantos” lo vemos con perplejidad. Por eso es urgente una educación de nuestros jóvenes y niños para que sean capaces de tratar la “casa común” en la que vivimos.

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