Opinión

José Antonio Carreira

El madroño, denominado amorodeira o érbedo en gallego, y su fruto se llama morogo Los pequeños árboles de la amorodeira (Arbutus unedo) son relativamente frecuentes en Galicia, especialmente en zonas de montaña y bosque mixto, y concretamente en la Comarca do Deza. Sus frutos se recolectan en otoño, compartiendo temporada con las setas y las castañas, y se emplean para comer frescos o elaborar licores y mermeladas. A pesar de su sabor y sus usos, lo cierto es que tradicionalmente en Galicia no se ha hecho un aprovechamiento intenso de sus frutos, y las amorodeiras se emplean más bien como un árbol ornamental. 

José Antonio Carreira Conde, como el morogo gallego es un personaje colorido, afable, elegante y sobre todo muy apreciado por su especial afición al arte culinario en su faceta festiva y en ambientes de alegre amistad. Con cierta frecuencia, Carreira se suele ver en compañía de su amigo Kiko y de alguno más, todos ellos enfrascados en la elaboración de una pulpada o en el asado de un buen cabrito, empanadas o mariscadas y siempre en el más natural de los ambientes, el campo o alguna buena bodega prevista a tal efecto.

José Antonio Carreira, que nació en Solveira de Paderne, padre de David y María y abuelo de Sara, Martín y Pablo, ha sido un afamado joyero hasta que le llegó la feliz jubilación, días y horas que comparte con sus hijos y nietos y también con sus aficiones como la huerta, la caza, y de cuando en vez con sus amigos en esas históricas sesiones de fiesta-campero-alimentarias donde el principal manjar es el compartir amistad y alegría con los amigos de siempre.

José Antonio Carreira es campechano y muy cariñoso, lee el periódico en cama todas las mañanas antes de levantarse, excepto cuando se va de caza, que lo lee al volver después de una buena ducha, odia el pollo y el arroz, pero cuando hace unas buenas paellas si que las come.

Su color: verde de camuflaje (caza), su canción Black is black de los Bravos. Algo que no soporte de la gente: que le quiten su libertad, siempre dice que es “espíritu libre” y su simpática manía, darles “cabezazos” a los nietos para saludarlos.

Carreira es de carácter alegre pero firme, me chivan sus familiares el recuerdo de un día, en el que Chelo su inolvidable esposa estaba fregando el suelo en la cocina y llegó él, que venía de caza bastante cargado, tenía que pasar por la cocina para dejar las piezas de la caza. Chelo le dijo que no pasara para no pisarle el suelo fregado. Él se quedó parado y de repente le dice: “E paso, e paso, e paso…” y atravesó la cocina para dejar las cosas. Al principio nos quedamos sorprendidos, pero después nos empezamos a reír todos. Desde ese día cuando le dices que no haga algo y lo hace aún así, siempre le decimos lo mismo: “E paso, e paso, e paso. José Antonio Carreira a mi me recuerda a John Wayne en ¡Hatari! La película comienza con la inauguración de la temporada de caza cuando un grupo se dispone a cazar a un rinoceronte. En la maniobra, uno de ellos, conocido como “el indio” (Bruce Cabot) sale herido, por lo que se verán obligados a trasladarlo al hospital más cercano. Será entonces cuando entre en acción “Chips” (Gerard Blain), un tirador francés que les pide trabajo y que actuará como donante de sangre para el herido. Tras festejar en el pueblo el haber logrado la sangre para salvar a su amigo, regresan a su rancho, donde conocen a Dallas, fotógrafa del Zoológico de Basilea que vendría a África para dejar constancia de los animales de la institución desde el momento de captura. Al principio la Compañía se niega a que los acompañe, pero finalmente acabarán aceptando.

A Carreira le conozco desde hace muchos años, con Chelo, inolvidable amiga, hicimos más de un viaje las dos familias, es difícil no emocionarse cuando rememoramos aquellos hermosos tiempos en los que a mi, entre otras cosas me han servido para saber que José Antonio Carreira Conde es de esas personas irrepetibles que siempre te aportan alegría y entrañable amistad. ¡E paso, e paso, e paso!

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