Opinión

Quién sabe

No sé si todo el mundo, pero es seguro que mucha gente habrá pensado, incluso soñado, con la inmortalidad. Sobre ella abunda la literatura. Al fin y al cabo, la muerte es el mayor misterio de nuestra existencia. Dos de los personajes reales sobre los que se creó, mito o leyenda, la infinitud de la vida a través de los tiempos, fueron el Conde de Cagliostro, y Nicolás Flamel. No sé qué opinan ustedes, queridos lectores, sobre este particular, pero digo yo, si será acertado dudar un poco, bastante, sobre poder vivir eternamente. Lo más grande que se conoce, como las galaxias, los soles y los agujeros negros, tienen su comienzo, su desarrollo, y por lo tanto su final. Incluso la citada bola ya tiene encima especulaciones y el famoso sexto reseteo, pero, de momento, tranquilos.

Sobre el tema que nos ocupa, la inmortalidad, el exingeniero de Google Ray Kurzweil ha asegurado que los humanos alcanzarán ese estado perpetuo en 2030. A la vuelta de la esquina, si no, echen ustedes cuenta de lo que falta para esa fecha, y ya me dirán. Y que el tiempo vuela… Al parecer, de las 147 predicciones que anunció nuestro protagonista, acertó el 80%. No está nada mal, si es verdad, aunque que tampoco hay que dudar, claro. El anuncio viene precedido por un análisis que el mismo Kurzweil realizó sobre la expansión de la genética, la nanotecnología y la robótica que, entre otras cosas, revertirán la edad. O sea, que pequeños robots repararán en el cuerpo y en el cerebro todo deterioro que se produzca en el camino hacia la vejez, y de esta forma será posible erradicar el cáncer y otras graves enfermedades.

Así que, al margen de la maravilla que sería que no hubiese enfermedades de tal calibre, queda constancia de la buena nueva para quien así la considere. Otros dirán que llega bien vivir un tiempo prudencial, que la vida pesa mucho, por muchos remiendos que se le echen. En fin que, por un lado, sí, y por el otro, no. O lo que es los mismo, que entre pitos y flautas vivimos en una completa contradicción, confusión, ideas encontradas, miedos y esperanzas. Es la vida, sí, pero actualmente cada vez resulta más difícil centrarse, y no hay quien entienda nada. ¿Hacia dónde vamos? No se sabe. ¿Hacia Un mundo feliz, La isla del doctor Moreau, El monstruo de Frankenstein, Shangri-La?... ¡Quién sabe! A lo mejor hasta es verdad y todo.

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