Una noche de enero de enero de 2020 llegó a Barajas la vicepresidente venezolana Delcy Rodríguez, que tenía prohibido por la UE pisar suelo español. En aquella madrugada, en el pabellón de vuelos privados de la Terminal 1 donde permanecía Delcy, apareció el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con Koldo García. Delcy pretendía seguir viaje a Estambul, pero no le fue permitido porque era necesario conocer algunos datos previos sobre el avión que la trajo a Madrid, así que se marchó al día siguiente en un vuelo regular a Qatar.
Del avión de Delcy se bajaron varias maletas. La rumorología apuntó que llevaba el oro venezolano que los bolivarianos transportan a paletadas fuera del país, pero como hay periodistas y funcionarios a los que no gusta la rumorología ni los bulos, se produjeron investigaciones sobre qué ocurrió aquella noche.
Uno de los guardias de seguridad que se encontraban esa noche en el pabellón, extrañado por los movimientos relacionados con la estancia de la vicepresidenta venezolana, curándose en salud acudió a un notario para dejar testimonio de lo que allí ocurrió. Además de otros detalles, mencionó la llegada del ministro y su acompañante, que había otra persona más con ellos -años más tarde se supo que era el comisionista Aldama- y explicó que del avión de Delcy Rodríguez sacaron varias maletas que, sin pasar ningún control ni aduana, fueron llevadas al exterior y cargadas en una furgoneta. Afirmó ante el notario que desconocía su destino.
En su comparecencia de días atrás ante la comisión de investigación del Senado, Koldo Garcia ha dicho que esa noche vio bajar del avión seis maletas grandes y seis pequeñas, pero este pasado lunes Abalos declaró en la misma comisión que no había vio maletas en ninguna parte. El PP ha pedido que se permitan conocer las grabaciones de esa noche en Barajas, que se encuentran depositadas en un juzgado.
Es de importancia máxima saber exactamente por qué aterrizo en Barajas la número dos de Maduro. Aldama era la persona encargada por Air Europa de negociar con el Gobierno venezolano la devolución de la deuda que tenía con la aeronáutica. Una empresa con papel relevante en el asunto que centra hoy la vida política española y provocó los cinco días de reflexión de Pedro Sánchez, que barajó su dimisión al abrirse el debate sobre los contactos empresariales de Begoña Díaz y su supuesta intervención para influir en decisiones del Gobierno.
Como hay periodistas en este país que no aceptan la rumorología y los bulos, varios de ellos han dedicado tiempo y esfuerzo a averiguar qué pasó aquella noche de enero en Barajas. Qué conexiones hay entre Delcy y Aldama, entre Aldama y Begoña Gómez, qué había en las maletas, por qué Ábalos asegura que no hay maletas y Koldo García que eran seis grandes y seis pequeñas.
¿Quién miente, quién oculta datos y por qué? ¿Quién pretende que no se conozca la trastienda de la turbia conexión venezolana?
