Opinión

Observar

Hay iniciativas inútiles que a veces lo son más cuando se producen por duplicado e intentan engañar sobre su verdadero objetivo. Verbigracia: las dos comisiones de investigación que se desarrollan en el Senado para el “caso Koldo”, y en el Congreso sobre la compra de mascarillas por parte de todas las instituciones, sin que a nadie se le escape que responden más a intereses partidistas que a las ganas de abordar el problema verdadero. Cuatro años después de la pandemia, menos mal que al Ministerio de Sanidad le ha dado por tomarse las cosas en serio y acaba de crear un Observatorio contra el Fraude y la Corrupción Sanitaria, para intentar que no vuelvan a sucederse los escándalos de los comisionistas en la compra de material médico, de los que se siguen casos poco éticos, nada estéticos y con derivadas delictivas, y así, vigilar las contrataciones y evitar enriquecimientos ilícitos. Mucho se ha tardado, pero a ver si es verdad que comienza un desarrollo legislativo que nos defienda ante nuevas pandemias y de los listos de siempre.

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