Opinión

Autoestima en taza de Ribeiro

Ourense es una patria mental ajena a marcos físicos. Uno de los marmiteros habituales en este folio, abogado que siempre está en el meollo cuando pasa algo, se confiesa ourensano de Prexigueiro a todo el que le pregunta por sus orígenes cuando es coruñés nacido en Vigo. El viernes pasado acudió a la inauguración de la Feira do Viño do Ribeiro para escuchar el pregón a cargo de Celso Rodríguez Padrón, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y natural de Ribadavia, y pasó cuatro días percutiendo con el tema de la columna para poner la feria “a la altura de la excelencia que merece”.

Una tierra empeñada en cosechar el mejor caldo del mundo

Andaba el marmitero de palique con sus primos, primero y segundo, cuando llamó el viernes con la lengua cargada de verdad: “Les estoy diciendo que la gente más inteligente que he conocido en mi vida es de aquí”. Añadió que Rodríguez Padrón acababa de soltar “un trabajado discurso en gallego en el que alabó la laboriosidad de una tierra empeñada en cosechar el mejor caldo del mundo, una exquisitez que no faltaba en la bodega del ‘Titanic”. “Voy a volver todos los años”, soltó antes de colgar porque lo reclamaban en una caseta.

Parecía el arrebato del cebollón, pero no faltó a la ronda el sábado, el domingo, el lunes y el martes con nuevos apuntes para decantar su propuesta. La 61 edición de la feria cerró con 15.000 asistentes en tres días, menos que en la anterior por la lluvia, pero con la misma venta, que es de lo que se trata. “Hay miles de festas así en Galicia, pero la de Ribadavia tiene distinción. No por ser la segunda más antigua tras Cambados, para mí es la mejor por su carácter comercial más que festivo”. 

Otra taza de autoestima.

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