Opinión

Día de la salud del parado

España franqueó por primera vez el listón soñado de los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social. A pesar de no contar con el trampolín de la Semana Santa, el paro descendió en abril en 60.500 trabajadores y se quedó en 2,66 millones de desempleados. Es mucha peña desocupada, pero se trata de la mejor cifra desde septiembre de 2008 cuando todavía comprábamos el señuelo del crédito adosado al chalet, vacaciones en el Caribe y todoterreno bien ganso apretado en el garaje. En Galicia el paro descendió en 2.677 personas (433 en Ourense, 1.240 en A Coruña, 259 en Lugo y 745 en Pontevedra).

Los datos del paro y las proyecciones económicas señalan que los políticos pueden seguir a sus cosas

Después de una pandemia, crisis de desabastecimiento, inflación, invasión rusa de Ucrania o la salvajada terrorista de Hamás en Israel y la masacre de Israel en Gaza, los datos del paro y las proyecciones económicas señalan que los políticos pueden seguir a sus cosas, trabajando con esmero el insulto, debatiendo sobre la elasticidad del Estado o acuchillándose por la mecedora en las instituciones. Mientras el griterío no sacuda el estómago la “corazonización” de la política y el minuto y resultado de la insolencia más gorda puede resultar un pasatiempo.

Admitan la frivolidad porque resulta imposible olvidarse de las 50.129 personas que no tienen curro en A Coruña, 12.048 en Lugo, 14.953 en Ourense y 49.204 en Pontevedra. Fue un buen día para el Gobierno, especialmente para la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pero también para Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, y para el ourensano José González, que todavía está tomando las medidas a Emprego tras pasar por Medio Rural. Y los que siguen en la cola del paro que al menos se puedan felicitar por la salud como sucede cuando no toca la lotería de Navidad.

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