Opinión

La vaca, Medalla Castelao

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha cargado el Premio Nacional de Tauromaquia argumentando que la mayor parte del personal está en contra del maltrato animal y de los espectáculos que lo fomenten. Tiene razón. Las comunidades gobernadas por el PP reaccionaron al toque de clarines electorales con el anuncio de premios de sustitución. Es comprensible. El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, propuso una coordinación entre comunidades para conseguir un rango nacional e internacional. Se trata de autonomías en las que la extinción de la llamada fiesta nacional está por llegar. Es cuestión de tiempo por el desinterés de las generaciones que asoman y el cambio de ídolos.

Sucede como la noticia de que los gallegos no tendrán que pagar peajes para viajar hasta Porto

Resulta curioso el revuelo porque estos premios los instauró el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, la primera distinción se concedió en 2013, y nadie ajeno al mundo de la lidia los había echado de menos antes ni tampoco lo hará ahora. En cierta manera sucede como la noticia de que los gallegos no tendrán que pagar peajes para viajar hasta Porto al ser suprimidos en una decena de autovías portuguesas. “Medio Vigo pensando: ¿pero había que pagarlos”, escribió Gonzo en X.

Resultaría más provechoso conceder cada año la Medalla Castelao o la Medalla de Galicia a una vaca distinguida 

En Galicia también gobierna el PP, con mayoría absoluta. Pero sería cómico que el presidente Alfonso Rueda saltase al ruedo con la cuadrilla del partido, reforzada por el presidente castellano-manchego, para repartir orejas a la tauromaquia y aspirar a ser sede en alguna edición de los premios. Si tal, en Pontevedra, su ciudad, pero en la que gobierna el BNG sin poner un can público para los festejos de la Peregrina. La aportación del Concello se limita a ordenar el tráfico, como en la puesta de largo de las mozas en el Casino o en los mítines del PP, que siempre abarrota la plaza. Una de las decisiones que se recuerda del paso de Marea Atlántica por la Alcaldía de A Coruña es la supresión de las ayudas a las corridas de toros, que había recuperado Francisco Vázquez tras la construcción del Coliseum. Sin subvención a ningún empresario le salió a cuenta programar festejos. En rentabilidad electoral  resultaría más provechoso conceder cada año la Medalla Castelao o la Medalla de Galicia a una vaca distinguida. Aplaudiría hasta el toro.

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