Opinión

Gobierno, por Ramón Pastrana

Una de las principales críticas que ha recibido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su carta a la ciudadanía por los ataques a su esposa, Begoña Gómez, ha sido por darse un plazo de cinco días para decidir su futuro. Una medida que  ha servido para que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le llame “presidente fijo discontinuo”, y otros dirigentes políticos mostrarán su preocupación por la falta de gobernación del país. Una contradicción porque muchos de ellos no hacen más que pedir que abandone el poder cuanto antes. Es más esos cinco días sin el presidente al mando es el paraíso tanto de los ultraliberales como de los ácratas para los que el intervencionismo del gobierno es el infierno. Se va a demostrar además que el país funciona solo, que por la mañana se encienden las luces de las fábricas y se levantan las persianas y todo funciona con las reglas y leyes que ya hay.

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